miércoles, 10 de junio de 2009

Perdió el brazo en una panificadora

Franns: 'El jefe me pidió que dijera que fue un accidente y nada más'

Vídeo: Atlas

  • Una máquina de amasar pan le segó el brazo y el jefe lo tiró a la basura
  • Este boliviano de 33 años no tenía contrato ni alta en la Seguridad Social
  • El dueño de la panificadora limpió los restos de sangre tras el accidente

Franns Rilles Melgar confirmó que su jefe, quien, según el sindicato CCOO, tiró el brazo a un contenedor de basura después del accidente, le dejó "a 200 metros del hospital" y le pidió que "no dijera nada".

Según ha indicado el cuñado del accidentado, Mario Azogue, los médicos "no pudieron hacer nada" por conseguir que Franns no perdiera la extremidad, ya que el brazo fue encontrado tiempo después dentro de un contenedor, "en un par de bolsas de plástico" que contenían también restos de masa de pan.

Franns, quien asegura que no olvidará lo sucedido, relató que, cuando la máquina le pilló el brazo, el pasado 28 de mayo, fue él mismo quien consiguió "parar la máquina" para evitar que le cogiera más parte del cuerpo. Según afirmó, su jefe le comentó que cuando le preguntaran en urgencias qué le había pasado, debía decir que "había sido un accidente y nada más".

Su cuñado comentó que "muchos" de los trabajadores de esa empresa, ubicada en la localidad de Real de Gandia, en la comarca de La Safor, están "en situación ilegal" al igual que Franns, que trabajaba de once de la noche a once de la mañana y que cobraba por jornada 23 euros, lo que suponía un sueldo de 690 euros al mes.

La hermana del accidentado, Silvia Melgar, ha mostrado su gratitud a los servicios médicos, y ha manifestado que "espera que todo salga bien".

El jefe eliminó los restos de sangre tras el accidente

El propio dueño de la panificadora de Real de Gandia en la que trabajaba Franns se encargó de limpiar los restos de sangre y tirar el brazo a la basura antes de 'aconsejar' a su 'empleado', sin papeles, lo que debía decir en el hospital.

La fiscalía investiga los hechos por si pudieran ser constitutivos de uno o varios delitos, ya que este joven boliviano de 33 años tampoco había sido dado de alta a la Seguridad Social. Y como él otros tantos, según denuncia CCOO.

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